La Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados debatió y ratificó el dictamen para establecer el Fondo de Pensiones para el Bienestar, el cual se financiará principalmente con cuentas inactivas de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores). Con 17 votos a favor, 10 en contra y ninguna abstención, el proyecto de dictamen será enviado nuevamente al Pleno de San Lázaro para su discusión el próximo lunes y, si se aprueba, se enviará al Senado de la República.

La discusión sobre la reforma en materia de pensiones fue suspendida ayer por la mesa directiva de la Cámara de Diputados debido a discrepancias entre el dictamen final y el votado por la Comisión el lunes pasado. Angélica Ivonne Cisneros, presidenta de la Comisión de Seguridad Social, afirmó que se llevarán a cabo investigaciones para identificar y sancionar a los responsables de que la reforma llegara al Pleno de manera incorrecta.

Los legisladores del PAN consideraron un grave error que el dictamen presentado al Pleno fuera diferente al aprobado previamente por la Comisión, lo que cuestiona todo el proceso legislativo.

La iniciativa, que ya había sido aprobada, incluía cambios en cuanto a las cuentas activas de personas de 70 años (en el caso del IMSS) y de 75 años (en el caso del ISSSTE), especificando que estas no se destinarían al nuevo Fondo, sino que permanecerían en la Afore. Sin embargo, el dictamen presentado al Pleno el día de ayer no incluía estos ajustes, además de tener cambios de redacción en varios artículos de diversas leyes.

El Fondo de Pensiones para el Bienestar será financiado principalmente con recursos provenientes de cuentas inactivas de Afores, así como con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, la extinción de Financiera Rural y los adeudos fiscales que paguen estados y municipios al gobierno federal. Su objetivo principal es complementar las pensiones de los trabajadores que se retiren bajo las leyes del IMSS de 1997 y del ISSSTE de 2007, para alcanzar el 100% de su último salario promedio.

Se estima que las cuentas inactivas podrían sumar hasta 40 mil millones de pesos, provenientes de 2.2 millones de cuentas inactivas. Este beneficio estará dirigido únicamente a trabajadores cuyos ingresos al momento del retiro sean iguales o inferiores al salario promedio del IMSS, con un tope salarial que se ajustará anualmente según la evolución del salario promedio.

El fondo será administrado por el Banco de México (Banxico) y constituido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dentro de los 60 días posteriores a la entrada en vigor de la reforma. Además, contará con un Comité Técnico, cuya composición aún no se ha definido, responsable de establecer las reglas para la recepción, administración, inversión, reservas, rendimientos y reversión de los recursos del nuevo fondo.